En la imagen de la Esperanza, el que la contempla ha de ver a quien se identificó con el dolor de su Hijo para salvar a la Humanidad, y a quien debe ser ejemplo de esperanza inquebrantable en el amor y la redención que Dios ofrece a los hombres por mediación de su propio Hijo.

La imagen Dolorosa de María, bajo la dulcísima y consoladora advocación de María Santísima de la Esperanza, es una obra anónima que seatribuye al entorno de los hermanos Mora (escultores granadinos del S.XVIII). Se trata de una hermosa talla de candelero (de vestir), pequeña, de cejas enarcadas formando un ceño con ángulo muy marcado, nariz larga, fina y afilada; pómulos escasos, aplanado con suavidad el óvalo del rostro que progresivamente va alargándose. El pulimento dado dejó brillante la escultura.

Esta imagen salió por última vez en procesión el Viernes Santo del año 2005, ya que en 2006 la Cofradía adquirió una nueva imagen de Nuestra Señora de la Esperanza, con el fin de no tener que transformar la estructura de la imagen primitiva en busca de mejorar la estética del paso de palio.

La Esperanza es una virtud que acompaña al pueblo de Israel a lo largo de toda su historia, pero entre todos los hijos de Israel, la que más intensamente vivió la Esperanza y ansió el cumplimiento de las promesas fue María, la que, consciente de su pequeñez bendecía al Señor de quien se siente esclava. Pero María, por ser Madre del Redentor y por voluntad del Padre, se convierte en fuente de Esperanza para el nuevo pueblo de Israel. Así lo proclamamos cuando recitamos la Salve: “Vida, dulzura y esperanza nuestra”. Ella es pues la Esperanza de nuestra salvación en medio de los trabajos y dificultades de la vida.


“…Las he contao y son seis
las perlas que hay en tu cara.
O son lágrimas de pena
O son clavellinas blancas.”